IES ANTONIO GALA              




Esta página está dedicada a la memoria de nuestro "profe" de Lengua, José Miguel Ocaña.



Querido profesor


Uno de mis profes favoritos se ha ido de mi vida....
Espero que descanse en paz.... 
Lo siento mucho por la familia.
Besos....!   (Naiara Sánchez Cuadrado)


Tanto yo como como todos aún estamos perplejos por la pérdida de un gran profesor y de una gran persona.
Para mí esto ha significado mucho porque Ocaña ha sido uno de los mejores profesores que he tenido y me he sentido muy triste por lo sucedido; aunque no lleváramos mucho tiempo siendo alumnos de él, conectó muy rápido con la clase, siempre nos hacía reír, sus clases pasaban volando. Ha sido muy duro…
Me gustaría dar mis condolencias a la familia y a las personas cercanas. Ocaña siempre estará en nuestros corazones.     (Alicia Gómez)

Qué decir de Ocaña, era el hombre que escuchaba a todos con sus problemas y los ayudaba en todo: a mí me hizo ganar esa confianza en mí misma que nunca he tenido. Ha sido el que nos sacaba una sonrisa en todas sus clases porque siempre estaba con sus bromas, ha sido más que un profesor para mí y para muchos más alumnos y siempre tenía una broma para mí. Me enseñó que, si quiero algo, tengo que luchar por ello,me enseñaba cosas hasta cuando él no se daba cuenta y, siempre que sabíamos que teníamos clase con él, se nos dibujaba una sonrisa en la cara porque a él le gustaba su trabajo, él estaba siempre para nosotros y muchas veces no nos hemos dado cuenta de eso y no se lo hemos agradecido como debíamos. Siempre estará presente en mi corazón y le recordaré siempre.      (Marina Muñoz Rosell)

Solo quería dejar aquí lo mucho que siento la pérdida de este maravilloso hombre, Ocaña. Este profesor lleva 25 años en el instituto y yo he tenido la grandísima oportunidad de tenerle un año como tutor. Solo quiero darle las gracias por cada momento compartido con el, cada risa, cada cero que nos ponía, cada momento por insignificante que fuera. Ocaña, siempre serás muy querido en el instituto y siempre quedarás grabado en nuestra memoria. Te echaremos mucho de menos.        (Violeta Alfonsín)


Qué decir de esta grandísima persona, todos estamos dolidos por esta gran pérdida... la verdad, siempre tendremos un buen recuerdo de él, me acuerdo una vez que tuve que ir a jefatura porque me estaba mareando y él siempre estuvo ahí para darme agua y tranquilizarme. Yo llevo bastante poco en este instituto ya que he entrado este año, pero solo me han hecho falta unos meses para darme cuenta de la bellísima persona que era. Sus clases se hacían superamenas porque con cualquier cosilla ya te hacía reír, te echaremos de menos, Ocaña, condolencias a la familia y personas cercanas.  (Eva Lucia Ruiz)

 
 

Nos enseñaste en la disciplina de la sintaxis y a esforzarnos por nuestros objetivos. Gracias, Ocaña.    (Enrique Galhardo)

 

 José Miguel, mi compañero de ojos azules y de corazón multicolor. El hombre que con su sonrisa de niño cómplice lograba ampliar siempre la mía porque su don era, es, sacar brillo donde hay oscuridad y apaciguar las almas que necesitan calma. José Miguel, el hombre de manos amplias y voz de caballero andante. El mismo que sin apenas darme cuenta hizo de nuestras tertulias literarias y del trabajo rutinario una danza sutil de bellísimos momentos. Gracias, Jose, porque gracias a ti hoy conozco muchos pasos de baile.  (Fátima, profesora de Lengua y Literatura, tu amiga.)


Entré en la sala de profesores con la mirada perdida y las ganas encendidas: ni un segundo tardó en acercarse a mí y decirme todo lo que tenía que saber y más. Su guía no se limitó a ese primer contacto, ya que cada día de los que estuve en el centro noté su preocupación y su atención de una forma tan respetuosa que me parecía, a ratos, impresión mía. José Miguel es una de esas personas que te reordenan los motivos por los que quieres ser profesor y te invitan, con sus silencios, a darle dos vueltas a todo. Me bastaron cuatro meses para ponerle en la lista de "Personas admiradas" que recojo en mi cabeza: no quiero ni pensar en el hueco dejado en quienes lo tuvieron cerca más tiempo.
Gracias por ser el mejor jefe de departamento, el compañero más sagaz y un amigo en la sombra. Aprendí contigo que la risa es la mejor manera más efectiva de comunicación.
  (Elena Llera Sánchez, Profesora en el IES Antonio Gala)

 

 Gracias por todas tus enseñanzas, por esas risas en clase, por esos ánimos ante situaciones de nervios, por esa positividad en todo momento y por el cariño que nos has mostrado a todos. Me siento afortunada de haber podido ser tu alumna durante dos cursos y de que hayas compartido tus conocimientos conmigo. Has sido y sigues siendo una persona maravillosa. Nunca te olvidaremos.  (Sara Martín)

  

Ocaña fue un gran profesor, fue uno de los mejores profesores y creo que todos seguimos, o por lo menos yo, sigo muy dolido por la pérdida de este gran profesor. Quiero enviar un mensaje de apoyo a la familia y a los personas cercanas, espero que dondequiera que esté, esté descansando en paz.     (LuisMiguel Luna) 

 

Se fue un grande, se va de una manera que no merecía, le quiero dar las gracias infinitamente por sacarme siempre una sonrisa, contarme un chiste para animarme y mil cosas más, por efímero que fuese el momento siempre me acabas una sonrisa, en solo 6 meses te cogí mucho cariño, la pena es que no nos vamos a volver a ver nunca. Se ha ido para mí uno de los mejores profesores que he tenido, sé que me ayudarás desde el cielo en todo lo que puedas, y para mí eras un buen amigo más que un profe, D.E.P Ocaña.    (Daniel Barroso Ruiz)

Querido profe, donde sea que estés, espero que nunca nos dejes de cuidar como lo hiciste cuando estabas en este mundo. Nos enseñaste hasta cuando no lo pretendías hacer, nos cuidaste como si fuéramos tus hijos de verdad. Gracias por todo, echaré de menos esas risas en clase y todos tus ceros. Fui muy afortunada al tenerte como tutor, ojalá poder haberte dado la despedida que te merecías no sabíamos que aquel 11 de marzo sería la última vez que te veríamos y, si lo hubiera sabido, no te habría dejado ir . Nunca te olvidaremos, súper Ocaña. (Celia Seibane)

  

Gracias... es lo primero que quiero decirte.Tu asignatura nunca fue mi favorita; sin embargo, tú tenías la habilidad de conseguir que estuviese siempre deseando que llegase la hora de lengua...  Aun no sé cómo lo hacías, pero tenías un arte para manejar una clase, eras capaz de ganarte nuestra atención cuando ni siquiera nos interesaba lo que nos estabas contando. Y no solo eso, sino que, además, conseguías que aprendiésemos y que nos divirtiésemos a la vez, gracias a esos vaciles y bromas que no podían faltar en ninguna de tus clases. Que fueses capaz de conseguir todo eso, es lo que te hizo ser un profesor brillante y excepcional. Aunque lo que te hacía extraordinario, no es que fueses buen profesor (que también), lo que te hacía destacar era tu personalidad, y la increíble persona que fuiste. Siempre te preocupaste por todos nosotros, y no solo cuando éramos tus alumnos, sino también después. Aunque no tenías por qué hacerlo, siempre estuviste ahí para ayudarnos y aconsejarnos en todo. Yo, que voy a seguir tus pasos, espero que algún día mis alumnos me aprecien, admiren y quieran como nosotros lo hacíamos contigo. Gracias por todo lo que nos diste, siempre estarás en el recuerdo de todos tus alumnos. (Alba Zapata)

 

La verdad es que en ningún momento me había imaginado tener que escribir esto, y ojalá no hubiese sido necesario hacerlo. Simplemente quería darte las gracias.  He tenido la suerte de recibir clases tuyas durante dos años y durante ese tiempo más de una vez me has sacado una sonrisa. La verdad es que tenías un talento increíble para conseguir que atendiésemos durante tus clases a pesar de que a muchos de nosotros no nos gustase la materia que explicabas. Era tu forma de explicar, tu forma de ver la vida y de animarnos y apoyarnos, lo que hacía que me hiciese ilusión volver a tener clase de lengua. Siempre buscabas la forma de enseñarnos mientras nos divertíamos y me siento afortunada de haber sido tu alumna durante dos años. Porque no solo nos enseñabas lengua y literatura, tú nos enseñabas a creer en nosotros mismos, a seguir intentando las cosas hasta que saliesen y siempre buscabas lo mejor para nosotros. Lo que más echaré de menos será no solo tus clases sino tus bromas, tus vaciles y la increíble personalidad que te caracterizaba. Estoy segura de que habrás dejado huella y un vacío importante en aquellos alumnos que hemos tenido el placer de poder compartir momentos contigo. Gracias por tu apoyo y gracias por todo. Te echaré de menos.  (Laura Zapata)

 

Recuerdo a José Miguel, con su preciosa voz de locutor de radio dejando sus libros en la misma esquina de la mesa de la sala de profesores donde yo dejaba los míos, recuerdo su carpeta de profesor con un dibujo de Egon Schiele que había comprado visitando una exposición. Siempre estaba de buen humor y nos gastábamos alguna broma, se reía de que yo iba con el radio cassette como si fuera profesora de idiomas en vez de dibujo. Como tenía la taquilla encima de la mía era casi como ser vecinos.y como buenos vecinos nos dábamos los buenos días y nos despedíamos cada día al acabar la mañana. El último año que yo estuve en el Gala, compartíamos una guardia de biblioteca, disfrutaba mucho esos 50 minutos porque nos daba tiempo a charlar, sobre viajes, películas, canciones, exposiciones,....Jose, te vamos a echar mucho de menos. (Ani Quiñones)




La verdad es que tengo muchas anécdotas graciosas que sucedieron con Ocaña. La que más cariño tengo ocurrió cuando estaba dictándonos frases de sintaxis para deberes. Teníamos que estar siempre atentos porque, si no, nos dictaba cosas sin sentido o frases estúpidas, y luego se oía el sonido de los típex por toda la clase. En esta ocasión, yo estaba un poco en las nubes y le escuché que dijo: "Aunque tú no lo sepas". Antes de que acabara solté sin pensar: "Me he inventado tu nombre". Se quedó parado, yo me espabilé y me dí cuenta de que me había oído, así que dije riendo: "Es de Enrique Urquijo, me gusta, perdón". Él se rio y contestó sonriendo: "Tienes un gusto musical un poco antiguo". Lección aprendida: hay que estar atenta en clase si no quieres ponerte en ridículo, y Enrique Urquijo es una maravilla sin depender de la edad. Un abrazo.  (Amaya T.)

Como exalumna y enfermera de UCI, esta ha sido la pérdida más dolorosa e inesperada de este confinamiento. Gracias, Ocaña, por habernos enseñado tanto (no, no solo aprendimos las rimas de Bécquer y la Generación del 27, nos diste una lección de vida), gracias por tu vocación, por las risas que nos regalabas, por habernos marcado, por estar ahí siempre. Bastaba con una mirada, transmitías todo sin decir nada. Mi más sentido pésame a la familia. Ánimo y fuerza en estos momentos tan duros. Como bien dijiste en su día, ”arrieritos somos y en el camino nos encontraremos”. D.E.P. (Yasmin Anfalis)

Madre mía, no me creo que Ocaña ya no vaya a estar con nosotros más. La verdad es que hay que decir que ha sido el único profesor de lengua que de verdad me hizo entender lo bonitos que son los libros, con él descrubrí las novelas que ahora no paro de leer. Es una desgracia para todos nosotros su muerte, ojalá esté descansando en paz. Se te echará de menos. (Sandra Sánchez Rodríguez)

 

Qué más se puede decir de un gran profesor como Ocaña. A todos nos ha afectado la pérdida.... Pero incluso en estos momentos de dolor recuerdo cómo fue con nosotros, él sabía escuchar, y por eso es por lo que sentíamos que podíamos contárselo todo. Siempre salías de sus clases con una sonrisa o riéndote de algo, fue un hombre excepcional y siempre le recordaremos por ello. (Amaranta Díez)

 

Querido Jose Miguel. Imposible imaginar el Instituto y no verte a ti en él, ni escucharte, porque tú no necesitabas micrófono.   Durante muchos años nos hemos felicitado mutuamente el cumpleaños, no podíamos olvidarnos porque compartíamos fecha. Seguiré recordándote con cariño en cada cumpleaños.  (Marian González)

 

 

A mi querido compañero José Miguel Ocaña: Conocí a José Miguel hace mucho tiempo, más allá de 20 años, para mí era alguien inseparable del Gala siempre le recordaré por su trato educado, respetuoso y amable en cualquier situación que se daba a diario en el el Instituto: José Miguel te cedía el paso cuando íbamos a pasar una puerta, Ocaña, como le llamaban muchos alumnos, te saludaba con cordialidad por los pasillos, Ocaña te cedía el uso del ordenador o simplemente se mostraba siempre muy humano valorando más el problema de la persona que el posible problema de la profesora. Tenía muy claro su escala de valores y eso siempre era estar cerca del compañero. No puedo recordarle enfadado, como mucho sacaba su tono irónico con el que defendía su postura; tampoco le he visto dando discursos encendidos en los Claustros  ni creyéndose el salvador de la educación en tantas ocasiones que las circunstancias nos llevaron a huelgas, manifestaciones, etc, en estos casos se mostraba de una forma prudente pero activa. También le recuerdo como amante del cine, de las exposiciones, de su literatura y de sus viajes. Por último me quiero quedar con el recuerdo de su sonrisa y de su afabilidad y de lo satisfactorio que era tomarse con él el café del recreo. Te recordaré siempre.  (Lourdes Álvaro)

   

Ocaña, sé que parece mentira con lo habladora que era en tus clases pero realmente no tengo palabras para expresar cómo me siento. Sin duda, nunca pensé que no llegaría a despedirme de ti tras terminar bachillerato. Aunque haya habido rifirrafes entres nosotros, me quedo con todos los buenos recuerdos que tengo de ti, como los partidos de fútbol o la excursión más fría de mi vida. Eres un profesor que me ha dejado huella y te lo agradezco. Gracias, de verdad. Me cuesta hacerme a la idea de que no voy a verte más. Descansa en paz. (Nerea Colomo)

Querido José Miguel: Hace un tiempo me mostraste una especie de portada dibujada por un exalumno tuyo. En ella aparecía, inconfundible, Ignacio Bosque, junto con varias bromas sintácticas. Te mostré mi admiración por todo lo que les enseñabas a tus alumnos en clase y me contestaste: “En el apartado “chorradas” le abrí todo un mundo que ya veo que está explotando a conciencia”. Pero ambos sabíamos que estabas orgulloso del talento de ese chico, y que las chorradas no eran tales: el sentido del humor salpimentado de sentido crítico, el disfrute de la cultura en particular y la vida en general, la exigencia unida a la indulgencia… todo eso que marca impronta en los adolescentes y pervive más allá de los datos y las técnicas, lo han aprendido tus alumnos de ti. A pesar de mi estupor, mi rabia y mi tristeza, gracias a sus mensajes he podido comprender un último regalo que nos haces: poder percibir en ellos lo que tú sembraste, y, como decía Celaya, “soñar que cuando un día/ esté durmiendo nuestra propia barca;/en barcos nuevos seguirá nuestra bandera/enarbolada”.  (Beatriz Arellano González)

Se ha ido el mejor profesor que he tenido nunca. Gracias por todas esas risas, todos los ceros que nos has cascado y todo lo que nos has enseñado en estos dos años. Descansa en paz. (Víctor Herráez)

 

Es muy difícil olvidar la pérdida de un compañero y, lo más importante, amigo. Han sido más de 20 años, entre los que destacaría algo que consolidó nuestra amistad, el fútbol. Hablábamos del tema, pero era más lo que jugábamos hasta hace muy poco tiempo. Uno de los momentos más esperados durante el curso era la última hora de los viernes, donde compartíamos alumnos y profes partidillos llenos de alegría y entusiasmo. Fue mucho tiempo y de esos encuentros es la foto que añado. Un abrazo, José Miguel. Siempre estarás en mi recuerdo. (Miguel Ángel Mangas)

 No tenemos palabras, sólo los mejores recuerdos tuyos, José Miguel Ocaña, en nuestra mente y en nuestro corazón. No te vamos a olvidar. (Ismael y Domingo)

 

Nunca me imaginé este momento, tener que despedirme de uno de los mejores profesores que jamás he tenido, el momento en el que nos enteramos no éramos capaces de creerlo, e incluso pensaba que era una broma de mal gusto, pero por desgracia pasó. Quería darte las gracias por estos dos años como profesor junto con los cuatro años en los que te preocupaste por cómo me iban los estudios, me animabas a no rendirme y te preocupabas por cómo estaba yo, haciéndonos sentir no solo alumnos sino personas. Eres el profesor que explicaba sacando compañeros a la pizarra y diciéndoles que imitaran la huella de un oso. Por último, solo decirte que nadie va a conseguir llevar el hueco que has dejado en nosotros, has dejado huella. Un abrazo muy fuerte, Maestro. (Laura Almendro)

 

Querido José Miguel, esta vez te has pasado de escéptico: una cosa es que no te gustaran los finales felices y otra esta despedida incomprensible que nos deja mutilados para siempre. Me aferro al consuelo de haber estado tantas veces en tu equipo: como profesor de Lengua, como autor de libros de texto, y como futbolista aficionado mientras tú repartías el juego con esa sabiduría que en otros campos disfrazabas de ironía. Presumías de ser chico de barrio, pero un chico devenido filólogo sutil y cinéfilo empedernido, y por eso tus códigos eran los del barrio, los de los viejos y duros vaqueros de buen corazón. José Miguel, tanto tiempo llevamos juntos que hasta hemos intercambiado cintas de música, la música de nuestra época; vi hace poco cómo recordabas el aniversario de Enrique Urquijo en tu what´sapp. Espero que estés con él, y con Antonio Vega y que, después de tenerlo tantos años en la cafetería, encuentres, sublimado, el sitio de tu recreo. (Miguel Ángel Rey)



Qué noticia más triste... No me lo creía. No fui una de tus mejores alumnas, pero te recuerdo muy bien. Qué buen docente has sido, puedes estar orgulloso. Siempre con ingenio, con carisma, con inteligencia... Hacías todo muy interesante, sacabas lo mejor de todos. Gracias, gracias y gracias por tus enseñanzas, que no solo fueron de lengua y literatura. Buen viaje. (Gema Abad)

 

Ocaña, eras un profe enrollado y ahora que no estás, ni el instituto ni tus clases serán iguales. Descansa en paz Ocaña.  (Alejandro Navarro)

 

Siempre echaba una mano si alguien lo necesitaba, incluso a mi, me sugirió un intercambio de taquillas saliendo él claramente perdiendo en el cambio. A partir de ahí, llegaron las charlas fugaces sobre los alumnos que compartíamos. Lo suyo siempre eran palabras de cariño y verdad. Me encanta compartir anécdotas e impresiones puesto que me enseñaba mucho a mi, que comenzaba mi andadura docente. Ahora, es un orgullo leer las palabras de cariño y respeto de sus alumnos a los cuales tengo la suerte y el privilegio de conocer. Pero más suerte ha sido la suya de haber podido disfrutar con Ocaña en clase y hacerse personas críticas. Ojalá podamos igualar un poquito tu labor docente para que tu espíritu perdure en el centro. (Virginia Zamora)

 

José Miguel Ocaña, te recuerdo no solo como compañero de trabajo, ilustre profesor de Lengua y Literatura y buen deportista. No. Te recuerdo como persona ligada a mi pueblo, Huétor Santillán, donde tu abuelo fue maestro de Escuela. Allá, cercano al barranco entre Víznar y Alfacar, donde asesinaron al poeta...sembraron la simiente de otro Ocaña. Desde lejanas montañas, junto al río Darro, que riega los jardines de la alhambra y el Generalife...descansa el Paz, paisano de sangre y de letras, enorme... (Rafael Rodríguez)

Querido Ocaña, siento tanto que ya no estés con nosotros. De ti aprendí muchas cosas y por eso nunca te voy a olvidar. Una de las cosas que me llevo, es tu gran humanidad con tus alumn@s. Me enseñaste lo excelente profesor que eras, no sólo por la maravillosa forma que tenías de transmitir tus conocimientos en el aula, sino por la excepcional conexión que tenías con todos y cada uno de tus alumnos y alumnas. Siempre preocupado por su bienestar emocional, social y educativo. Gracias por tu maravilloso compañerismo, tu acogedora bienvenida y tu cálida despedida. Estoy segura de que estés donde estés recibirás estas palabras. Mi más sentido pésame a sus familiares." (Elena Castillo)



Podría decirse que eras el típico profesor de “o lo odias o lo amas” pero multiplicado por 1000. Y la verdad es que yo, como casi todos mis amigos y conocidos formamos parte de ese segundo grupo, e incluso esos que te “odiaban” en el fondo también te admiraban. Quiero escribirte esto como ex alumna, pero también como amiga. Y es que todavía no vaya a verte la próxima vez que me pase por allí, ni de que no vayas a invitarme a un café en un descanso, a volver a comer en el vips, a reírnos de anécdotas de tu vida o a aguantar tus comentarios sobre a lo que me quiero dedicar que siempre terminaban con un “si es lo que te gusta, adelante que pa algo has currao como has currao”.  Siempre te voy a recordar, y siempre de una forma preciosa porque no has sido solo un profesor de Lengua, has sido apoyo y risas en momentos difíciles y llamadas de atención cuando hacían falta. Gracias a ti muchos de tus alumnos son las maravillosas personas que son ahora y pudieron fijarse metas que nunca pensaron (y cumplirlas) porque la adolescencia es una etapa dura, no nos vamos a engañar, pero gracias a personas como tú lo es menos. Me gusta pensar que no te has ido del todo porque vas a vivir siempre en cada persona a la que ayudaste y en cada persona que te quería (y lo sigue haciendo). (Andrea V.)

 

Cuando me enteré de la noticia me tiré dos días queriendo que fuera un bulo, porque Ocaña para mí no solo era un gran profesor, también era una gran persona: Siempre me apoyó en todo momento, aunque fuera mal y él supiera que fuera a suspender o iba a pasar una mala época, él me animaba a seguir adelante; era una grandísima persona y creo que lo mínimo que se merece es que Descanse En Paz y siempre esté en el recuerdo. (Yeray Díaz-Medino)

 

Querido Ocaña, Un mensaje en el estado de WhatsApp de una compañera me anunció que algo te había ocurrido. Escribí inmediatamente a todos aquellos contactos que teníamos en común, esperando no se confirmase lo que no quería escuchar, pero la respuesta no fue la que deseaba de todo corazón escuchar. Una tristeza enorme, y un vacío inmenso me invadió, y eso es lo que sienten ahora todos tus alumnos y todos los que somos o hemos tenido la suerte de ser tus compañeros. Gracias por tus consejos, abrazos, bromas y ánimos que me diste durante el pasado curso escolar. Me alegró mucho conocerte y compartir ese año contigo como compañero, eres de esas personas que tenerlas cerca suman. Nos ha dejado un gran profesor, pero sobre todo una magnífica persona con un corazón enorme.  ¡Ojalá volvamos a encontrarnos! DEP.  (Blanca García Álvarez, profesora PMAR curso 2018/19)

 

Solo llegué a verlo en dos ocasiones para hablar del desarrollo escolar de mi hijo pues solo lo tuvo de profesor en un curso. Era amable y cercano en el trato, y sabía escuchar, pero la prueba de lo buen profesor y buena persona que era es como su muerte ha afectado a sus alumnos, incluido mi hijo. Solo quería hacer llegar mi gratitud por su labor, y mi más sentido pésame a su familia, amigos y compañeros. (Ana Cámara, madre de un alumno).



Es una pena que no hayas podido  con esta enfermedad que pasará a la historia

(¡esto se estudiará en los institutos del futuro!).

No sé si llegaste a saber el impacto que tuviste en tus compañeros y en el alumnado.

Recuerdo cuando mis compañeros empezaron a dibujarte en la pizarra como un superhéroe:

SuperJosemi, con diccionario en mano,y diciendo:"os casco un cero"...,una de tus oraciones más conocidas.

Por una parte es una pena que ya no puedas tener consciencia de nada (según lo que yo creo)...

Por otra parte,bueno,no tendrás que pasar la incertidumbre que genera ahora 

el futuro más cercano a todos tus conocidos.

Bueno,como llegaste a saber,esto no termina aquí.

El instituto va a seguir después de ti.

Seguirá después de que yo crezca.

El planeta Tierra seguirá "existiendo"

 después de que ya no pueda haber vida como la conocemos en él.

La meteria perdurará,se transformará,etc.....

Nadie cree la existencia de un final absoluto.

Lo único que podría decir es que deseo 

..que hayas disfrutado de la vida,...

...que hayas sentido el amor y el cariño 

...que como humano necesitaste.,...

... que te hayas sentido en sintonía con tu entorno...

...que hayas sabido que algo así pasaría.

¡Han abierto una línea de correo electrónico solo para despedirse de ti! Eso es muy difícil de conseguir... (Abel.González Plaza)

 

Bueno profe,me ha costado asimilar todo ya que fue un golpe muy grande, por eso te escribo esto con la esperanza de que allá donde estés puedas recibirlo. Hace ya cuatro años,estando yo en tercero de la ESO te tuve por primera vez como profe,es cierto que al principio yo, que era alguien al que no le apasionaba mucho tu asignatura, pensé: joder ,estoy jodido,y nada más lejos de la realidad,pues en ese año aprendí lengua y literatura como nunca lo había hecho antes, ese año estuvo lleno de risas, bromas y esos partidos de fútbol en los que me recordabas que era un paquete. Afortunadamente el año pasado te volví a tener en primero de bachillerato, y nos volviste a pegar esa alegría, ese humor,y ese amor por la sintaxis y por la literatura, sin dejar de ser estricto eras capaz de conseguir que tus alumnos viesen tu clase como algo divertido y no meramente algo didáctico. Este año no tuve la suerte de poder tenerte como profe en mi último año,aún así siempre que te lo pedí me tendiste la mano ,gracias eternamente por tus enseñanzas,valores y tú apoyo en temas difíciles. Espero que ahí arriba sigas velando por nosotros, pues desde aquí siempre te recordaremos. Descansa en paz Ocaña.  (Álvaro Fernández)

 

Querido profe Ocaña, te echaremos mucho de menos y siempre serás nuestro profesor favorito de todo el mundo. Te queremos mucho. (Yaiza González)

 

Soy madre de un alumno y también me quedé consternada por el fallecimiento del profesor . Quería mandar un abrazo enorme a la familia , compañeros de trabajo y alumnos. (Patricia Pardueles) 

 

Ocaña ha sido unos de los mejores profesores de este instituto, le encantaba dar clase e intentaba hacerla más amena. Él me ayudó con muchos problemas y siempre nos reíamos en sus clases. Descansa en paz (Sandra Encinas)

 


Quién me iba a decir que 4 años después lo volverías a hacer, que me volverías a dar clase, aunque hoy no toque literatura pero creo que ha sido la clase más importante, porque hoy me has hecho valorar los momentos, cada instante, me has hecho valorar lo importante que es decir las cosas en el momento que las sientes, y que, sobre todo, mañana también se puede llamar tarde. Que hay momentos de la vida que todo parece una foto, una diapositiva que no cambia pero, cuando te das cuenta, alguien pulsa el botón y en la siguiente ya todo es diferente. Hoy he sentido las palabras que dicen que siempre te llevas un pedacito de alguien, y es que tú sin saberlo te habías dejado una pequeña parte en mí, hoy más que nunca he sentido lo grande que era, espero que no te preocupe porque pienso devolvértela algún día. Una de las lecciones que más me ha gustado de ti es la importancia de dar todo a las personas que tienes al lado, cómo de importante es coincidir con esa persona, la persona correcta que puede llevarte para delante y nunca sabrás lo feliz que me hace que tú hayas sido una de las mías. Se me ha hecho larga la clase de hoy porque me duele tener que escribirte habiendo podido levantar la mano y que quede algo pendiente que contarte. Hoy soy yo el que mira al cielo esperando a que llueva, pero solo para saber que has llegado bien. Gracias, Ocaña. (Alberto Barreda)

 
 

Me cuesta encontrar las palabras después de haber perdido a una persona tan maravillosa como lo era Ocaña, solo me queda darle las gracias por todo, por hacernos reír, por enseñarnos y por ayudarnos siempre, porque se notaba que lo hacía de corazón, a mí solo me dio clase este año pero a veces basta poco tiempo para darte cuenta de lo especial que es una persona, estaré eternamente agradecida por todo,has dejado un vacío difícil de llenar, pero sé que nos cuidas y nos ayudas desde el cielo.  (Isabel Cobos)

 

 

Querido José Miguel: Ya no volveré a tenerte como compañero de guardia, siempre dispuesto a acudir el primero, sin recalcar nada. Ya no volverás a aportar tu experiencia docente en los claustros y CCPs, firme y directo, pero, sobre todo, educado y constructivo. Ya no volveré a ver tu elegante humor ácido, dispuesto a llevar la sonrisa y la alegría a los que te rodean. Ya no volveré a hablar contigo de la NBA, vaticinando quién se iba a llevar el anillo. Pero lo peor de todo será saber que no vas a estar ahí y ver tu silla vacía. Al menos, allá donde estés, escucha nuestro recuerdo, DEP. (Luis San Martín)

 

Todavía no puedo creerme que ya no estés entre nosotros. Recuerdo los primeros días de clase del año pasado: cuando mis hermanos me preguntaron a quien tenía por profesores, cuando les dije que Ocaña en Lenguas, los dos sin dudarlo me dijeron: "qué suerte has tenido, es el mejor profesor que podías tener", y tenían razón. Ocaña era de esa personas que aparecen en tu vida, y que te alegran todos los días, que te hacen un poco más feliz. Con quien puedes llorar pero también reír, personas que te dan su hombro para apoyarte y su mano para seguir. Esas que te hacen la vida menos complicada y te enseñan el verdadero significado de las cosas. Era una de esas personas que son, están y que nunca se van de nuestro corazón. Gracias una vez más por todo. (María Fernández)



 
Hola profe, todavía no me creo que ya no estés más, uno de los momentos más tristes que recuerdo en mi vida. El día que me dieron la triste noticia de tu muerte, no me lo quise creer y recé para que no fuese verdad. Fuiste un gran profesor no solo por lo que nos enseñabas en clase, sino, y mucho más importante, por lo que nos enseñabas a diario de la vida. A mí me ayudaste en un momento personal difícil y siempre me sacaste una sonrisa. Todavía no me hago a la idea de no volverte a ver por los pasillos y de no volver a jugar uno de esos partidos de fútbol que tanto nos gustaban. Te echaré mucho de menos y espero que allí donde estés, sigas cuidando de nosotros. Nunca te olvidaremos. (Gonzalo Fernández González).

  

Querido Ocaña : 

He tenido poco tiempo para conocerte. 

Pero ha sido suficiente para llenarme. 

Tu sabiduría, alegría, y simpatía era la sintonía del día a día. 

Nunca olvidaré tus correcciones al verbo hicistes por hiciste.

Te fuiste demasiado pronto y este Instituto quedó roto.

Nos quedamos huérfanos de un gran maestro. (Bárbara Ajamil Pérez)

 
 

 
¡Qué ironía! Fuiste mi profesor de ''Lengua y Literatura'' durante 2 años, contigo aprendí el arte de la palabra, pero ahora no encuentro las palabras perfectas para definirte. Eras un ''currante'' y nos enseñaste a serlo. Nos enseñaste más allá de lo que pone en los libros de Lengua, valores, lecciones de vida que siempre llevaré conmigo. Todo lo que hiciste por nosotros fue porque querías que saliésemos del instituto no como niños, sino como adultos hechos y derechos que pueden afrontar lo que venga de la vida, nunca te olvidaré. Te ganaste un sitio como profe allí arriba y espero que San Pedro nunca dé un portazo al salir de tu clase. Mi más sentido pésame a la familia. Descansa en paz, Josemi. (Andrea Martínez Mateos de la Higuera)

 

 Querido profe, nos va a costar mucho asimilar este duro golpe que hemos recibido, yo quiero dar las gracias al destino por ponerte en mi camino. Gracias por enseñarme tantas cosas, y no solo de lengua, esa asignatura que me enseñaste a amar como tú lo hacías, sino millones de cosas más; gracias por enseñarme a luchar y a esforzarme por lo que quiero y ver que con sacrificio puedo conseguir todo lo que me proponga. A veces no me creo que no vayas a cascar más 0 ni a poner más 10. Gracias también por cada momento vivido contigo, por todas las risas que has provocado en todos nosotros, cuando hablabas inglés, cuando citabas el VAR, siempre has sabido sacarme una sonrisa y hacerme feliz. Gracias por quererme tanto y hacerme feliz siempre. Por todo esto y mucho más que ya sabes, has sido el mejor tutor y profesor que he tenido en mi vida. Estés donde estés, sé que siempre nos cuidarás y te preocuparás por nosotros, como lo hiciste cuando estuviste con nosotros. Descansa en paz,te echo de menos.Te quiero mucho. (Miriam García)
 

 
Querido Jose Miguel, querido profesor. El sentido del humor hecho ejemplo. La risa como vehículo de conducción para educar, para tocar vidas. La broma como tu recurso literario maestro. Cuesta creerlo, deseaba que fuera otra de tantas bromas que tuve el privilegio de vivir... pero no ha sido así. Devastador el mundo cuando el humor desaparece.
Querido Jose Miguel, siento que darte las gracias es quedarme corto. Sueño con dedicarme a la educación, a la enseñanza, a hacer reír, a mejorar la vida de los demás, a dar... Eso es lo que tú hacías, eso es lo que tu me hiciste, y espero continuar ese maravilloso legado en tu memoria. Me duele saber que no volveré a jugar un fútbol contigo. Qué momentos más bonitos compartimos, durante casi diez años, todos los viernes a séptima hora en un instituto de Móstoles con un balón de por medio... ¿Qué adolescente se queda a séptima al acabar el instituto? ¿Qué adulto en la facultad de Alcalá, coge un tren corriendo para alcanzar a vestirse de corto y hacer bueno un pase tuyo de gol? ... Pues yo, profe, este chico herido y con el corazón roto que desde aquí te agradece con el alma todo lo que has hecho por él. Por favor, siente orgullo y paz allá donde estés y, por favor, hazme un hueco en tu equipo cuando llegue mi hora. Ese partido lo quiero seguir jugando contigo. (Manu Martínez)


 

 

Querido Ocaña, fuiste mi profesor de Lengua y Literatura en el curso 2009-2010, en aquel 4º de la ESO. Han pasado ya 10 años, pero recuerdo perfectamente tus clases. Recuerdo tu implicación personal, tu ironía, y también recuerdo tus largas y curiosas frases de sintaxis que nos mandabas analizar cada día. Al final terminé siendo enfermero, y aunque te parezca mentira, tengo que decirte que hiciste que me apasionara la sintaxis… A veces doy clases particulares a chicas y chicos de ESO y Bachiller, que no saben por dónde empezar con las oraciones. Pero en cuanto les explico tu método, lo captan rápido y me veo reflejado en ellos... Veo a ese chaval de 15 años que disfrutaba con Ocaña analizando oraciones. Gracias a ti, me convertí en ese “amigo repelente” que corrige los leísmos y laísmos a sus amigas y amigos… jejeje. Aunque físicamente no estés con nosotros, sí lo estás en nuestros corazones y sigues presente en el día a día de muchas personas que no vamos a olvidarte. Gracias Ocaña, descansa en paz.  (Enrique León, alumno del IES durante los años 2006-2012).


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